Ofrendar para Dios

ofrendar a Dios

Ofrendar para Dios

Ofrendar para Dios es darle algo voluntariamente, de corazón sincero y conforme a nuestras posibilidades. Así también, si le prometemos algo al Señor se lo debemos cumplir, porque según la forma en que ofrendamos, así también será nuestro corazón.

Leamos:

Malaquías 1:6-14

6 El hijo honra a [su] padre, y el siervo a su señor. Si, pues, [soy] yo Padre, ¿qué es de mi honra? y si soy Señor, ¿qué es de mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre?

7 En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado? En que decís: La mesa de Jehová es despreciable.

8 Y cuando ofrecéis el [animal] ciego para el sacrificio, ¿no es malo? asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? dice Jehová de los ejércitos.

9 Ahora pues, orad a la faz de Dios para que tenga piedad de nosotros; esto de vuestra mano vino; ¿le seréis agradables? dice Jehová de los ejércitos.

10 ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda.

11 Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, [será] grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrecerá incienso a mi nombre, y ofrenda limpia; porque mi nombre [será] grande entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos.

12 Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová; y cuando hablan que su alimento es despreciable.

13 Además dijisteis: ¡Oh qué fastidio! y lo despreciasteis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré eso de vuestra mano? dice Jehová.

14 Maldito el engañador, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica lo dañado a Jehová; porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.

Habla El Señor, en estos versículos de la Biblia como NO SE DEBE OFRENDAR. Habla del escaso valor que las personas pueden llegar a dar a la ofrenda a causa de su egoísmo, del deseo de quedarse con lo mejor y darle a Dios y a su Iglesia lo que a muchos les sobra o menosprecian, por no decir lo que casi no quieren.

Gracias a Dios no todos los creyentes son así, porque muchos son cristianos verdaderos por fuera y…por dentro también.

Cristianos de verdad

Si somos cristianos de verdad, también lo tiene que ser nuestra cartera o bolsa del dinero, porque muchos hay que dicen ser cristianos verdaderos, pero a la hora de ayudar para las necesidades de su congregación o para hacer la misma caridad al prójimo se tardan de excusa en excusa.

No se trata de quitarnos nuestro plato de comida para dárselo a otros, se trata de ayudar y apoyar con nuestros recursos a la Obra de Dios en la Tierra, en la medida de nuestras posibilidades.

Muchas personas que aún no conocen la Verdad de este Mundo, que no han aceptado a Cristo en su corazón todavía, van por delante de tantos cristianos y cristianas en el ofrendar, ayudar y apoyar al Cuerpo de Cristo en la Tierra.

El ejemplo de eso son los seguidores de equipos de fútbol, de partidos políticos, cantantes, actores, deportistas y un largo etcétera de ejemplos similares que hacen lo máximo que pueden por apoyar lo que creen.

Quienes no apoyan al Cuerpo de Cristo en la Tierra, a la Iglesia evangélica verdadera de sana Doctrina, se está perdiendo Bendición de parte de Dios para su vida.

Como vemos, son demasiados los que ayudan mucho más a sus organizaciones, clubes y líderes que muchos cristianos evangélicos. Por tanto, se está fallando en esto en casi todo el Cuerpo de Cristo y eso hay que solucionarlo lo más rápidamente posible.

El motivo es muy sencillo: Es porque los cristianos evangélicos de sana Doctrina tenemos la Verdad, conocemos la Verdad que es Cristo y el Evangelio de Salvación, por ello tenemos que ser Lúz para el resto de personas, que ni la tienen, ni la conocen.

Apoyando al Reino de Cristo en la Tierra de la forma en que Dios nos ponga en el corazón, contribuiremos a que el Evangelio de Salvación se extienda y además, recibiremos Bendición del Señor.

Tengamos en cuenta que de Dios es toda la plenitud del Mundo y que es de Él de quien recibimos todas las cosas para nuestra vida y sustento, por tanto, si en la Obra de Dios hace falta algo y puedes ayudar hazlo, tu ofrenda no volverá a tí vacia sino con Bendición.

Recordemos que no hay que diezmar porque no es obligatorio y menos «pactar con Dios», ni «comprar tu milagrito personal», se trata de ofrenda voluntaria y conforme a las posibilidades.

Por tanto, hagamos autocrítica sobre nuestra forma de ofrendar y de apoyar la Obra de Cristo. Si hubiera que corregir algo de ello, hagámoslo, seremos Bendecidos.

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